Solo convirtiendo la irritación en indignación y ésta en política podría romperse la espiral de la indiferencia en la que nos encontramos atrapados. La crisis actual puede ofrecernos una oportunidad. La impunidad de los que la han provocado es tan escandalosa que es difícil entender la falta de reacción salvo que el virus de la indiferencia se haya impuesto definitivamente. Desde el pensamiento, contra el totalitarismo de la indiferencia solo cabe recuperar la razón crítica. Así nos previene Josep Ramoneda en el Epilogo de su último libro Contra la indiferencia.
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