Una subasta o remate es una venta organizada de un producto basado en la competencia directa, y generalmente pública, es decir, a aquel comprador (postor) que pague la mayor cantidad de dinero o de bienes a cambio del producto.
El bien subastado
se adjudica al postor que más dinero haya ofrecido por el, aunque si la subasta
es en sobre cerrado, el bien se adjudica a la mejor oferta sin posibilidad de
mejorarla una vez conocida.
Tradicionalmente en la teoría se reconocen dos grandes tipos:
- la subasta en
sobre cerrado (que pueden ser de primer precio o de segundo precio) y
- la subasta
dinámica, que puede ser subasta ascendente (inglesa), descendente (holandesa),
o de "todos pagan" (subasta americana).
También existen subastas inversas o de compra, en la cual el comprador es quien convoca a posibles vendedores o proveedores (Vg. compras gubernamentales).
Una nueva categoría de subastas es la de reformas y proyectos donde un subastador adjudica su proyecto al mejor pujador.
En el caso de las
subasta dinámicas, el que dirige y adjudica públicamente al ganador de la mejor
puja (oferta) se denomina subastador o martillero, en referencia al uso de un
martillo madera que golpea sobre un mesón para indicar la finalización de la
subasta.
Historia de les subastas
Subasta, del latín sub asta, bajo lanza, debido a que el reparto de tierras conquistadas entre los soldados participantes se señalaba hincando una lanza en la parcela ocupada en suerte. Así mismo, la venta del botín de la guerra se anunciaba con una lanza y la venta se realizaba ante la misma.
Ejemplos:
-
la subasta de la esposa durante el
imperio babilónico la cual se llevaba a cabo anualmente. La operación comenzaba
con la subasta de la mujer más bella y luego se procedía, una a una, con las
demás. Era de hecho un acto ilegal "obtener" una esposa fuera de
dicho proceso de compra.
-
Igualmente famosas eran las subastas
de esclavos durante el imperio romano los cuales eran capturados en campañas
militares para luego ser subastados en el foro. Los fondos recaudados en dichas
subastas servían a su vez para financiar los esfuerzos bélicos del imperio.
El sistema de venta basado en subastas había sido relativamente raro hasta el siglo XVII. Posiblemente la más antigua casa de subastas al mundo, la Estocolmo Auction House (Estocolmo Auktionsverk), se estableció en 1674 en Suecia.
A finales del siglo XVIII, poco después de la Revolución Francesa, las subastas llegaron a celebrarse en las tabernas para vender artículos de arte. Dichas subastas se celebraban diariamente y los catálogos eran impresos para anunciar elementos disponibles que generalmente eran artículos de colección raros. En algunos casos estos catálogos terminaron por convertirse en obras de arte que contenían infinidad de detalles sobre los artículos en subasta. Las dos casas de subasta más importantes, Sotheby's e Chriestie's, llevaron a cabo su primera subasta oficial en 1744 y 1766 respectivamente.
Tipos de subastas
Subasta en sobre cerrado
La subasta en
sobre cerrado es aquella en la que los postores presentan su oferta en una sola
ocasión. Puede ser De primer precio si el ganador paga el
precio que ofreció, o De segundo precio si el ganador paga el
precio ofrecido por quien quedó en segundo lugar.
Subasta dinámica
Los postores
conocen las ofertas de su competencia y pueden modificar la suya mientras la
subasta está abierta. La subasta dinámica puede ser ascendente (inglesa),
que parte de un precio de reserva y consiste en que los postores
vayan presentando precios ascendentes, ganando quien ofrezca el precio
mayor; descendente (holandesa) que se inicia con un precio
determinado, superior a todas las ofertas, y que el subastador va bajando por
etapas: gana el postor que primero acepta un precio. En la subasta
americana todos los postores deben pagar la oferta que hacen, pero
sólo el que realiza la mejor oferta obtiene el producto.
Subasta Round Robin
Se trata de una
variante de la subasta con oferta cerrada que viene utilizada primordialmente
para la venta de inmuebles. Los interesados hacen sus ofertas en una bolsa
cerrada y luego el subastador le comunica a los postores cual es la oferta que
se está adjudicando la subasta en esos momentos. Después de dicha comunicación,
los participantes pueden tratar de superar la oferta máxima o abandonar la
subasta.
Subasta a la baja
Se trata de una
subasta a la baja, o subasta inversa, modalidad de contratación en la que los
proveedores participantes pujan por ofrecer el precio más bajo, para que la
institución compradora acepte su oferta.
Subasta por céntimos
Esta nueva
variante de subastas consiste en subir el precio del producto en un céntimo con
cada puja realizada. Cada producto tiene un reloj, y la subasta solo termina
cuando finaliza la cuenta atrás y por tanto, cuando ninguna otra persona haya
pujado por el producto durante el período marcado en su reloj. La última
persona en pujar gana el producto por el importe que lo acompaña al finalizar
la subasta.
Subasta y concurso
La subasta
versará sobre un tipo expresado en dinero, con adjudicación al licitador que,
sin exceder de aquel, ofrece el precio más bajo.
En el Concurso,
la adjudicación recaerá en el licitador que, en su conjunto, haga la
proposición más ventajosa, teniendo en cuenta los criterios que se hayan
establecido en los pliegos, sin atender exclusivamente al precio de la misma y
sin prejuicio del derecho de la Administración a declararlo desierto.
Subasta de Presupuestos
La novedad de las
subastas se trata de otro tipo de subastas relacionadas con profesionales y
presupuestos, cada vez más extendida por estos momentos de crisis. Los clientes
demandan un servicio (reformas, mudanzas, electricistas, pintores, etc.), los
profesionales pujan por el precio más bajo para adquirir el presupuesto y
realizar el servicio, de este modo se consiguen precios más económicos y
competitividad empresarial.
Subasta Silenciosa
Las pujas se
escriben en hojas de papel. Al final de la subasta, la puja más alta se
adjudica la subasta. Éste tipo de subasta se utiliza frecuentemente en eventos
de beneficencia, en los que se subastan muchos objetos simultáneamente, y se
"cierra" a una hora predeterminada común a todos los objetos. La
subasta es "silenciosa" porque no hay subastador y los pujadores
escriben sus pujas en una hoja que usualmente se deja en una mesa cercana al
objeto. En las subastas de beneficencia, las hojas usualmente indican una puja
inicial mínima, los incrementos que se pueden hacer sobre dicha puja mínima y
una cantidad, llamada "puja garantizada" que si se paga se obtiene el
objeto de forma inmediata. Otras variaciones de este tipo de puja pueden
incluir pujas selladas. El pujador con la puja más alta paga el precio que indicó
en su hoja y obtiene el bien.
Subastas especializadas
Arte, Joyas,
Coches, Embargos, Pisos, Aduanas, Locas, Publicas, Online, Pescado
Los Encantes de Barcelona
Es un mercado al aire libre donde se hacían subastas
públicas. Tradicionalmente cuando una persona moría, la casa donde vivía pasaba
por herencia en sus descendientes, pero por el que hacía a los objetos del
interior se hacía un inventario y el lote completo de objetos se subastaba a
los Encantes entre las 7:00 y las 9:00 de la mañana. A continuación, quién
compraba el lote podía pasar a vender los objetos al por menor. El listado de
objetos podía incluir: muebles, ropa, elementos decorativos, vajillas, enseres de
cocina, libros, etc. En caso de que el difunto no fuera propietario de la casa,
sino que fuera un locatario, la subasta era todavía más necesaria para que el
propietario alquilara de nuevo el inmueble. Actualmente se venden todo tipo de
objetos de segunda mano sin que estos sean provenientes de un antiguo
propietario difunto. Estas subastas se acostumbraban a hacer
"cantando" el precio de salida por parte del subastador y usando el
"Duro" como moneda de referencia. A lo largo del tiempo ha habido
diferentes emplazamientos para los Encantes hasta el actual lugar en el sur de
la plaza de las glorias, al barrio de Fort Pienc.
La subasta del pescado
Tradicionalmente,
y todavía hoy en día a la mayoría de los puertos catalanes, el pescado se vende
en las lonjas mediante subastas a la baja. El precio de salida lo fija un
trabajador de la cofradía de pescadores donde se realiza la venta. La subasta
se hace públicamente, es decir cualquiera puede asistir a mirar, pero para
participar hay que tener licencia. Estas licencias se dan a propietarios de
pescaderías, amos de restaurantes y a transportistas que después venden el pez
a ciudades y centros comerciales. Actualmente el precio del pez ya no se “canta”
sino que aparece en una pantalla electrónica y los participantes usan un
pulsador para parar la bajada numérica del precio a pagar.
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