Terrible ejemplo del encuentro entre la eficacia comunicativa del mito y la dimensión simbólica a través de la cual se expresan los arquetipos en el mundo contemporaneo.
Esta es una nueva versión de la Bella durmiente del bosque, en la cual el rol principal corresponde a Franco que salva a la princesa y con ella a España, que gracias a su héroe se despierta despues de largos años dep profundo sueño. “España era una princesa hija de un rey muy poderoso. Y de una reina muy bella, muy dulce y muy buena. España al heredar el trono sería también poderosa. Aunque ya era, como su madre, buena, delicada y bellísima. Todo el mundo la adoraba. Y ella paseaba por los inmensos dominios del reino sembrando caridades y sonrisas. [...] Hasta que cierto día de estío - bajo el signo del León: 18 de Julio- apareció en el horizonte un jinete montado sobre un caballo blanco. Traía en la mano una espada de fuego. Cuando las gentes vieron llegar a este gentil caballero pensaron que también perecería sin salvar a la princesa.[...]
Y al fin, !arriba España!, se levantó (alzamiento).
Y dando el brazo a su héroe, se dirigió a su castillo.
Y a cumplir la promesa del altar. Y sonaban campanas de boda en el aire.
Y todo era alegría, júbilo, banderas, luces, cantos.
Y paso alegre de paz. España - liberada del veneno que le diera la Envidia- desposó a su Caudillo salvador.
Y vivieron felices, felices, muchos años. En la mayor gloria del cielo y de la Tierra”
GIMÉNEZ CABALLERO, España nuestra. El libro de las juventudes españolas, Madrid, Ediciones de la Vicesecretaría de Educación popular, 1943. (pp. 233-.234) “
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